El drama ese con la teoría rolera.

Han pasado ya unos cuantos días desde este fin de semana cargadito de drama en Twitter, y creo que ahora más que entonces, se presenta la oportunidad de hablar de manera sosegada y con talante de todos los temas que fueron vertidos en las redes. Pero como no quiero privaros de vuestro post semanal a todos aquellos que venís aquí precisamente para verme escribir sobre rol --y nada más que rol-- os invito a volver pasaros por este blog el sábado, donde publicaré otra entrada para compensar (un avance: girará en torno al juego de rol Fiasco). Disculpen las molestias.

Lo que normalmente haría aquí es, en nombre de la transparencia y el contexto, incluir enlaces a todos los hilos que voy a comentar, pero dado que algunas de esas personas no tienen (hasta donde yo sé) blogs o canales de Youtube propios, o lo que sea que indique una predisposición a ser molestado con dudas y/o amenazas de desconocidos (...más bien, supongo que lo contrario), no voy a hacerlo en esta ocasión por pura cortesía y para no contribuir a la bola de nieve. 

Pero vaya, que como he dicho, a poco que os pasarais por redes sociales este último fin de semana, sabréis todos de lo que hablo. ¡Mi madre! ¿Cuánto ha pasado desde la última...?, ¿un mes? Hay que ver cómo nos está afectando tanta restricción y tanta ansiedad pandémico-apocalíptica...

Principalmente hay tres... llamémoslo opiniones o creencias... sobre las que quiero reflexionar, cada una con su grupo de defensores. Aunque el tema de la fobia irracional a la teoría rolera es algo que de manera tangencial, ya he tratado en el blog con anterioridad. Lejos de ponerme a la defensiva (ya que dudo que ninguna de estas opiniones fueran conmigo o con este blog) si que es verdad que a veces tomo demasiadas tangentes, no mastico lo suficiente los temas, lo lleno todo de negritas y cursivas, y me expreso con palabros complejos y elitistas, como "prosapia" o "talante", así que por hoy, voy a intentar esforzarme un puntito extra (lo que probablemente se traduzca en mucho lenguaje soez).


Ya os vale, ¿eh? Me tenéis contento...

Una objeción a la divulgación de teoría rolera que no había oído nunca hasta este pasado fin de semana, es la de que la sensación de arrogancia que desprenden algunos de los que hablan seriamente sobre rol, podría repeler la entrada de nuevos jugadores y practicantes al hobby, entendiéndose que porque lo verían como algo más complicado de lo que realmente es. No tengo por qué pensar que esto, aunque poco, no pueda pasar, y sería algo a lamentar. 

Ahora bien. 

Creo que la mayoría estaremos de acuerdo, en que hay tres cosas que alejan a los jugadores nuevos que predominan muy por encima de cualquier otra circunstancia: los manuales de reglas gordos como guías de teléfono, las partidas de rol aburridas, y la baja calidad humana que pueden tener la mala suerte de encontrarse. Las dos primeras las arregla la teoría rolera. Y por teoría, yo al menos me refiero a "cualquier tipo de reflexión más allá de lo superficial de cómo funciona un juego o de cómo parece que suelen pasar las cosas en la mayoría de mesas y grupos". 

La tercera, tenga arreglo o no, me temo que no tiene nada que ver con la divulgación de rol.

Entonces la cuestión es, ¿dejamos de intentar arreglar los dos problemas claramente más grandes para arreglar el que claramente es más pequeño? Si es lo que la mayoría de la gente quiere, yo cierro mi blog hoy mismo.

Parte de lo que se percibe como "sensación de arrogancia" es, de hecho, la culpable de que siempre me leáis incidiendo en el tema del lenguaje, y llamar a las cosas por su nombre, e intentar apoyar siempre el uso de términos comunes para hablar de rol. Y es que gran parte del trabajo de hacer teoría (llámalo teoría, o "consejitos y truquitos") es transmitir un mensaje, y a menudo los que la hacemos, bajamos la guardia, nos relajamos, y podemos caer en lo de "esto se hace así", "esto nunca se debe hacer así", "este juego es una mierda", "este juego es el mejor que hay."

Caer en la pedantería tampoco es defendible, ni como parte de una buena comunicación, ni desde luego como una forma de dar más legitimidad a las cosas que decimos. También os digo, que si creéis que algunos de los que hacemos divulgación en lengua hispana somos pedantes, deberíais leer a Ron Edwards. No vais a encontrar a uno más repelente.

...aunque preveniros también contra quien pretende ir de guay,
y hablaros de tú a tú, como si fuerais coleguitas.

Puede que sea desafortunado que la "reflexión más allá de lo superficial" tenga que comenzar por lo que cuatro gilipollas podemos escribir en un blog, postular en un canal de Youtube, o compartir en un foro. Ha habido debates en el pasado sobre cobrar por dirigir o, como alguien señaló este fin de semana con mucha mala idea, cobrar por escribir un libro sobre teoría. Pero hasta donde yo sé, la última edición de Dungeons & Dragons (o cualquiera que sea tu juego favorito), no se materializó en nuestra realidad de la nada, como un regalo entregado a la humanidad por dioses inter-dimensionales.

Ya hay gente que gana dinero con los juegos de rol (menos del que la mayoría piensa, pero eso es otro tema). Tratar de trazar una línea en torno a qué aspectos se pueden comercializar y cuáles no, resulta como poco arbitrario. 

Hacerlo en Twitter, en 2021, me parece incluso frívolo.

Otra cosa es el hecho de que, al contrario que con videojuegos o películas, producir juegos de rol es muy fácil, y de hecho, hay muchos juegos de rol totalmente gratuitos que pueden parecernos incluso mejores que los publicados por las grandes editoriales. Uno pensaría que hay que ser tonto para querer cobrar por algo que se puede conseguir gratis, pero también es cierto que cuesta tan poco (en dinero y recursos, claro) escribir en tu casa y con tus amigos un juego de rol y subirlo a Internet, que hay que bucear mucho entre la basura antes de encontrar esos que de verdad son buenos. 

Lo que no es menos cierto, es que incluso esas pequeñas joyas gratuitas no existirían sin D&D, o Apocalypse World, o todos esos juegos geniales que han dado sus beneficios antes porque son buenos y punto, nos gusten a nosotros o no. Pero vamos es que no albergo ni una sola putísima duda al respecto. Tampoco seamos tan cínicos de pensar que todo aquello que tiene éxito, lo tiene siempre porque la masa carece de seso, o porque tal o cuál es un trepa, o porque alguien se puso de rodillas (...en cualquiera de sus acepciones...) para que así fuera. 

Por si fuera poco, te garantizo esto: cualquiera que sea tu juego favorito, independientemente de la forma en que se "materializase en nuestra realidad", comenzó con alguien sentándose a reflexionar en los juegos de rol como en algo más que un pasatiempo de usar y tirar. Es literalmente imposible que pase de otra manera.

Por mi parte, me importa tantísimo el dinero y el éxito, que tenía
un trabajo a jornada completa y con el salario mínimo escribiendo sobre rol, y dimití.

Luego --y aquí si que no veo inconveniente en enlazaros al hilo en cuestión-- cabría comentar por último un tweet de Rolósofo, al que yo por mi parte le di mi like, y aunque ya advertí que el lenguaje que había elegido iba a ser problemático, nunca me habría imaginado que fuera a traer la cola que trajo. De nuevo: ¡cuidaros el lenguaje!

Tal y como creo que intenta decir Rolósofo, unirte a un grupo ya formado, con unas dinámicas y un lenguaje interno establecidos durante años de juego, es muy difícil. Esto por cierto, puede pasar incluso cuando el grupo pone de su parte. Es un fenómeno que puede darse completamente separado del hecho de que a los integrantes les guste compartir o no su mesa con "morenos", o que piensen que el lugar de la mujer es la cocina, o que estén a favor del matrimonio entre hermanos. Como dije más arriba, la calidad humana va separada del rol, no volvamos a repetir errores del pasado.

Si tuviera que añadir algo, es que hay un aspecto de este tema que me parece menos obvio, y es que hay muchos jugadores que no tienen más remedio que pasar gran parte de su vida lúdica jugando con un mismo grupo a pesar de las dinámicas y bromas internas establecidas por la mayoría, y no gracias a ellas. Tampoco es que sean rehenes: que oye, si te quedas en un grupo que sabes que es tóxico, porque lo prefieres a no jugar, pues tú verás si te vale la pena. 

Menciono este aspecto, porque una cosa que yo mismo he dejado claro muchas veces, y que más de uno nos ha recordado este pasado fin de semana en estos hilos, es que no importa cómo juguemos a rol, bien, mal, o como a nosotros nos de la gana: lo único que importa siempre es divertirse. Y es verdad. También es verdad, sin embargo, que en el momento en que hay un problema en la mesa, y alguien no se está divirtiendo, de poco consuelo sirve esta frase.

Si tan sólo hubiera un grupo de gente que pudiera aconsejaros qué hacer para evitar esas situaciones...

Pero centrándonos en la polémica... he llegado incluso a leer tweets delirantes, alentando a cancelar a Rolósofo. Huelga decir, que aunque no apoyo la cancelación de nadie (ni por asomo), cuando se cancela a alguien, por lo menos (por lo menos), es porque se le presume culpable de algún horrendo crimen, o de ser vocal e ideólogo de una ideología de odio y terror. Y siempre, siempre, porque es alguien poderoso e influyente con cientos de miles de seguidores.

Rolósofo tiene dos mil seguidores. Tres ceros. Su crimen es escribir lo que una parte percibe como gilipolleces. Nadie va apoyar una cancelación en esos términos, porque Twitter quedaría vacío pasado mañana. Usad el puto cerebro.

Por otro lado, Twitter no está por encima de cancelarte por lo que, en el peor de los casos 
es un error inocente, y en el mejor, un crimen contra una personaje de ficción.

El problema ya sé cuál es, y es que todos lo padecemos de un modo u otro. Te pones a hacer el scroll de la muerte hacia abajo en las publicaciones de Twitter o cualquier otra red social (...pero en su mayoría Twitter, seamos sinceros), y hay días en que parece que la gente no escribe más que gilipolleces y piensas que deberían callarse la puta boca. 

Pero lo que pensamos que es algo simple, en blanco y negro, no lo es tanto.

Primero, hay tanta gente publicando que, igual que como decía sobre los juegos de rol gratuitos, la mayoría va a ser basura, por pura estadística. Aún así, raro es que alguien diga gilipolleces todo el tiempo. Bueno... los que son realmente gilipollas sí, pero por lo general, no es justo juzgar a alguien por una cosa que dice de cada cien, o cien cosas que dice por cada millón. Y por último, y como pasa también con los grupos de rol: no somos rehenes. Siempre podemos cerrar la aplicación e irnos a otra red social. Pero de ahí a pretender que sean los otros los que se vayan como si estuviéramos en nuestra casa, supone un esfuerzo tan colosal como ridículo.

De hecho, la casa pertenece a Jack Dorsey, y está dispuesto a todo para que nos quedemos en ella.

Por último, y si de verdad ves algo que hace que te sientas aludido incluso si no era la intención de un posteador, puedo incluso llegar a entenderlo y darte la razón. Creo que si hay un grupo que sufre un prejuicio constante y bastante grave, no somos los divulgadores de rol, si no el de los roleros de vieja escuela (..."vieja escuela" como de vieja guardia, no específicamente del juego de rol Viaje Escuela). A lo mejor porque Twitter es Twitter, y la gente relaciona el pensamiento retrógrado con el conservadurismo político, este con la gente de más edad, y gente de más edad con roleros que juegan a Rolemaster, o a qué se yo, cualquiera de estos cuatro juegos (yo he jugado a los cinco).

Las personas somos más complicadas que estas clasificaciones, y aunque no lo fuéramos, cuando hago el scroll de la muerte en Twitter, también me encuentro con roleros indies, jóvenes, en el ala de la progresía política, dando la vaina con chorradas, pretendiendo cancelar a gente, o delatándose de otro modo como los comemierdas que son. 

También puede ser que ese día aún no haya salido a fumar y a que me de el aire. Todo influye, chico.

Con esto me despido por hoy, y nos vemos el sábado, a menos que, y como prometí más arriba, cierre hoy mi blog en respuesta al consenso de la comunidad rolera de que cualquier esfuerzo por reflexionar sobre los juegos de rol, hace más mal que bien. No sería la primera vez.

Comentarios

  1. En los tiempos que corren tenemos la dicha o desgracia de la democratización en la divulgación. Textos como el que expone Rolósofo, antes solo tenían cabida en revistas o publicaciones tradicionales, donde el embudo para canalizar el feedback de los lectores era muy angosto. Ahora cualquiera tiene un escaparate para "divulgar" su opinión (en el amplio espectro de la palabra) y, supuestamente, todas las opiniones son valorables.

    JA!!

    Dando un par de golpes de scroll vas viendo la calidad argumental de los objetores a lo expuesto y roza casi lo ridículo. Y ojo, que supuestamente esas opiniones son tan valorables como las que más, cuando la base de la contra argumentación se basa en analizar el uso indebido de una palabra o la relación entre un concepto que consideran peyorativo y sus dinámicas de grupo. Y ya. Argumento tumbado y egos masturbados...

    ...y ya sabemos que pasa cuando te cortan una masturbación a la mitad. Me enfado, no respiro y boicoteo. Uf.

    Pura y genuina naturaleza humana en pleno apogeo.

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