Tu personaje no eres tú.
Desde que he vuelto al blog, y persistiendo en la búsqueda constante por traer nuevas ideas (y al mismo tiempo mantener la calidad, y procurar daros siempre algo sobre lo que reflexionar, que no es poco), me he preguntado sobre hasta qué punto aquellos que compartimos públicamente nuestros consejos, nuestros diseños de reglas, nuestras opiniones... no estaremos transmitiendo a veces también nuestros vicios, defectos y metas desencaminadas. Alguien muy sabio me dijo una vez, que una de las razones por las que quería dar consejos para dirigir, es porque detestaba la idea de que, la que a veces es la primera y única oportunidad de muchos jugadores para ser introducido al mundo del rol, sea arruinada irremediablemente por un mal director de juego. Sin duda es una causa más noble que la mía, que estoy en esto por cualquier oportunidad laboral que pueda caer como creativo y persona que escribe en general (sí, estoy buscando en el lugar equivocado, me lo han dicho muchas veces). Los jugadores