Cómo interpretar a un personaje más inteligente que tú

Desde los albores de tiempos roleros, una de las características de PJ que los sistemas de juego acostumbran a medir es la inteligencia. Sin embargo, aunque resulta fácil interpretar a un personaje más fuerte que nosotros, porque nuestra fuerza real no interviene como factor determinante durante el juego, no se puede decir lo mismo de la inteligencia. Si ya por lo general, los GMs no persiguen a sus jugadores todo lo que deberían por no interpretar correcta y coherentemente a sus PJs, si hablamos de representar su inteligencia, o su carisma y don de gentes... pues todavía menos, y con buena razón: ¿cómo podemos interpretar a alguien que se supone es relativamente más inteligente que nosotros?

No soy un experto en inteligencia. Tanto es así, que no estoy seguro de cuál es el campo que se encargaría de medir y determinar lo que es la inteligencia, quien la tiene y quien no la tiene. Lo que si soy, es un experto en escribir ficción (más o menos), y eso es lo verdaderamente importante. De hecho, mi primer consejo es que en la ficción suele funcionar mejor, a la hora de comunicar con nitidez una idea, representar la versión ideal de algo, o la expectativa que una mayoría tiene sobre ese algo, que tratar de representarlo de manera pormenorizada y fidedigna.

¿Y cómo entendemos por tanto la inteligencia, tal y como la solemos ver representada en personajes de obras de ficción? Pues la asociamos a rasgos de carácter como la creatividad, la curiosidad, el perfeccionismo, la disciplina... Los personajes de ficción más "intelectuales" pueden diferenciarse en muchas cosas, pero suelen compartir el hecho de ser trasnochadores, propensos a la introspección, y entregados al cien por cien con cualquiera que sea su trabajo.

Sin embargo, aunque dotemos a nuestro PJ de la personalidad adecuada, y de puntuaciones en su ficha correspondientes a habilidades técnicas, artísticas, idiomas, matemáticas, o rasgos especiales como "buena memoria" o "comprende inmediatamente tecnología alienígena varios siglos más avanzada, pese a que eso sería absurdo en el mundo real..."

...pues claro, a la hora de la verdad tenemos que respaldar todo eso de algún modo: no es suficiente con rellenar una hoja de personaje y esperar que nos tomen en serio sin más.

¿Cómo representaremos esta farsa?

Como mínimo, que no sea un científico y astronauta supuestamente brillante,
que a la hora de la verdad sólo sabe correr en línea recta.

Interpretar a un personaje inteligente es fácil si eres el GM y dicho personaje es un PNJ. 

Al fin y al cabo, ser inteligente, significa a grandes rasgos que eres capaz de hacer predicciones o afirmaciones, ya sea sobre la realidad o sobre otras personas y en determinadas áreas, y tener casi siempre la razón. Cuando eres el GM, y parte de tu responsabilidad es crear el universo, describirlo, y dar vida al 90% de los personajes en él, pues resulta muy fácil hacer trampas con estas "predicciones" sin proponértelo. Por la misma razón, resulta increíblemente estúpido cuando los jugadores intentan ser más listos que el GM en según que cosas: es cuasi-literalmente igual de estúpido que saltar de un edificio e intentar "ser más listo" que la gravedad. Si acaso, deberíamos estar constantemente haciendo preguntas al GM sobre el mundo, y en última instancia, pelearnos con él sólo si no nos da respuestas a preguntas sobre las que tenemos derecho por habilidades, aptitudes o tiradas de nuestro PJ.

Si quieres interpretar de manera verosímil a alguien inteligente, tienes que pasar gran parte del tiempo de juego recogiendo información. Es por esto que espero que te gusten las campañas y aventuras "de misterio", porque no importa a lo que estéis jugando o quien sea tu personaje, tu labor es comportarte como un investigador de La Llamada de Cthulhu en todo momento. El resto de PJs pueden ir sin más a esa casa en mitad de la nada si quieren, pero tú estás forzado a quedarte atrás e investigar quienes eran los anteriores propietarios, si ha habido alguna muerte o evento notable ligado al inmueble, o qué había antes de que se construyese la casa. Imagina qué listo vas a parecer cuando llegues más tarde a rescatar a tus compañeros con respuestas a todas las preguntas que no sabían que debían hacerse. Habla menos y observa más, sería otra buena directriz. No sólo se reducen proporcionalmente las meteduras de pata cuanto más reducimos las intervenciones de nuestro personaje, si no que cuando callas y observas, empiezas a prestar atención a cosas que antes pasabans por alto (...a menos que seas como Homer Simpson). 

Ser inteligente no deja de ser recopilar información y tomar decisiones en base a esta. Pero claro está, no siempre tenemos la opción de quedarnos atrás en la acción hasta que hayamos analizado la situación actual desde todos los ángulos. ¿Qué hacer cuando tenemos que reaccionar de manera inmediata a una situación

La respuesta es tan obvia como "piensa en qué haría una persona estúpida, y haz lo contrario." 

Bueno, a lo mejor no tan obvia. Os lo desarrollo.

Ante una situación de urgencia, reaccionar por instinto suele ser lo peor que se puede hacer (a menos que te encuentres frente a un fuego, y seas un bombero, en cuyo caso tus instintos probablemente sean los correctos). Si nuestro PJ está siendo atacado o provocado por otro personaje, deberíamos obviar nuestra reacción instintiva y reflexionar un momento acerca de cuál es la reacción que nuestro adversario puede estar intentando obtener de nosotros: en casos así, hacer cualquier otra cosa, y en especial cosas sin sentido que no respondan a un patrón aparente, puede ser lo mejor.

Al fin y al cabo, es lo que haría el Joker... 
¡...y él es la némesis de uno de los personajes de ficción más inteligente!

Dedicarse a observar, analizar, y juzgar su entorno, es un rasgo que tienen en común tanto personas inteligentes como cómicos de stand up. Tal vez tenga algo que ver con esto el hecho de que siempre se diga que el sentido del humor es una señal de inteligencia (el sentido del humor así en general, aunque a veces se señala al sarcasmo, y otras al humor negro). Que no tenga algo que ver también con que en la ficción, nuestra idea de alguien muy inteligente suele ser la de un genio antisocial que nos hace reír mientras reparte zascas a gente menos inteligente. Si tienes un gran sentido del humor, una capacidad de comunicación incisiva, o se te da bien repartir zascas así, sin vaselina, es probable que puedas hacer buen uso de ello para que tu personaje parezca muchísimo más inteligente de lo que realmente es (sobre esto os puedo garantizar que, al menos en la vida real, a mí me funciona).

En caso contrario, el único "truco" que puedo compartir con vosotros ahora mismo para suplir la ausencia de "facilidad verbal", es el de hacer muchas preguntas. Normalmente es un consejo que doy en relación a dirigir, pero en este caso voy por un camino muy diferente: lanzar preguntas es un modo de controlar el tema de conversación, obtener información de la persona que tenemos delante, y darnos un aire de misterio (es decir: retrasar el momento en que se descubra que somos idiotas). Por otro lado, hacer preguntas cuando conoces las respuestas, es un modo de parecer más inteligente a base de poner en evidencia la ignorancia de quienes nos rodean. Los "genios" de la ficción lo hacen todo el tiempo: cuando tienen una epifanía, marean la perdiz y mantienen el suspense en lugar de simplemente revelar quien es el asesino, o qué enfermedad tiene el paciente.

Con estos consejos que marcan la actitud adecuada con que afrontar cualquier situación, incluidas las más peliagudas, podemos hablar ahora con más calma de cómo prepararnos para interpretar a un personaje inteligente. En este caso lo suyo es que hagamos bien nuestros deberes.

Documentarse sobre medicina, psicología, o cualquiera que sea la especialidad de nuestro personaje, es una manera de que la interpretación gane puntos, y aunque puede suponer un faenón lograrlo, en el fondo sólo tenemos que saber más que las personas que tenemos delante (esto significa que si has decidido interpretar al oficial de ciencias de la nave estelar, cuando otro de los jugadores es doctor en física en la vida real, entonces estás jodido). Un truco que utilizan los escritores y guionistas, y que a lo mejor puede ayudarnos, es el del uso de las metáforas y analogías para explicar de manera resumida conceptos complejos. Resulta además muy conveniente porque, aunque no recordemos o no sepamos explicar los detalles, aquellos que nos escuchan probablemente tampoco puedan entenderlos. Además, y como dijo Einstein (si es que lo dijo), no se entiende algo de verdad hasta que no se es capaz de explicarlo de manera sencilla.

Es el viejo truco de explicar los agujeros de gusano 
atravesando un papel con el lápiz.

Lo de la cita de Einstein me trae a la mente otro rasgo típico de los genios de la ficción: el de citar a otros genios y a autores clásicos constantemente.

Más allá del trabajo previo a la sesión que esto puede conllevar, hay que tener presente que no vale citar a cualquier autor. Cuando un guionista de Hollywood quiere otorgar este rasgo a un personaje, suele recurrir siempre a citas de Shakespeare, Rober Frost, o Aristóteles, o citas que ya se han utilizado mucho en otras obras de ficción (como el maldito poema ese de "Ozymandias"), y lo único que estas elecciones nos dicen del personaje es que la persona que pone palabras en su boca es un escritor muy orgulloso de sus estudios universitarios. Si nuestro personaje es un científico, por ejemplo, es más probable que cite textos de científicos dentro de su propio campo, por mucho que duerma abrazado a un ejemplar de The Road Not Taken. Aún más interesante, sería que nuestro científico estuviera constantemente citando la Biblia (...o las escrituras hinduistas...), como un modo de añadir una dimensión inesperada al personaje.

Continuando con los deberes, también tenemos que trabajar el trasfondo de nuestro personaje: ¿qué le hace inteligente?, ¿dónde recibió su educación?, ¿qué proyectos o logros pasados demuestran sus capacidades? (aunque esto no quita que tendrá que demostrarlas en persona). Los números en la hoja de personaje nunca cuentan toda la historia.

En este tiempo que nos ha tocado vivir, culturalmente influído por el cine y los cómics, los "talentos innatos", como es el caso de un alto intelecto, se suelen presentar en ficción o bien como un super-poder o como algún tipo de maldición del destino, cuando no ambas. Dejando de lado el debate de "qué hace a una persona inteligente", el cuál puede enfangarse con explicaciones sobre educación, clases sociales, determinismo biológico, bla, bla, bla... mi recomendación es que si buscamos con ello algún conflicto interno, u otro tipo de cualidad dramática para el personaje, mejor lo hagamos en otro lado: atribuir todo lo bueno y lo malo del personaje a una misma cosa puede ser interesante temáticamente, pero hace que un personaje sea unidimensional, poco realista.

En fin. Si todos estos consejos te han parecido útiles, he aquí un secreto: para mejorar tu interpretación de personajes que no tengan que ver contigo, ya pertenezcan al sexo opuesto, tengan otro color de piel, otra preferencia sexual, o provengan de otra cultura o trasfondo social, todos estos consejos también valen.

Documéntate, busca inspiración en otras obras de ficción, haz tus deberes, y piensa antes de actuar.

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